Tengo el móvil metido en el culo.
¿Sabes que una canción puede cambiar tu vida?
Estoy de acuerdo, en parte.
Por sí sola no, pero…
Una canción SÍ que te cambia a ti, y tú cambias las cosas.
Y sabes que es así porque muchas veces te has levantado de bajón, has puesto esa canción que te flipa y has convertido «ese día de mierda» en «me voy a comer el puto mundo».
Ahora vamos a confirmar que es así.
Los dos sabemos que tienes un problema de adicción al móvil(que sí, celular si eres de Sudamérica).
De hecho, miles de millones de personas en el mundo están enganchadas a la pantallita.
Ahora estás pensando que tú no, que tú controlas.
Ya.
El caso es que he compuesto y grabado una canción que se titula «Tienes el móvil metido en el culo».
Y digo canción para que te hagas una ligera idea porque, en realidad, es un viaje, una aventura de 4 minutos y 42 segundos.
Esto no es la típica estructura de estrofa-estribillo-estrofa-estribillo.
Oye, que hay verdaderas maravillas con esa estructura.
Pero lo que yo hago es radicalmente distinto.
No has escuchado nada igual en tu vida.
Te cuento lo que te espera:
En el minuto 00:20 te hago sonreír, como mínimo, y durante el primer minuto te vas a preguntar qué es “la ilusina”.
En el minuto 01:13 te vas a avergonzar un poco, la verdad.
En el minuto 01:38 te desvelo el secreto de porqué estás enganchado.
En el minuto 02:28 te van a dar ganas de gritar y vas a pensar “me cago en la puta”.
En el minuto 02:40 igual te voy a caer un poco mal.
En el minuto 03:04 aquí te vuelves a sonreír, mínimo.
En el minuto 03:30 nos ponemos serios. Porque el tema de fondo es preocupante.
El minuto 03:57 no lo tienes que tomar literalmente, o igual sí, tú verás.
En el minuto 04:20 te das cuenta de lo que ves en los demás cuando están con la pantallita.
En el minuto 04:36 respira profundamente, anda.
Sé que cuando acabes de escuchar «Tienes el móvil metido en el culo», vas a mirar el móvil(celular) diferente e igual empiezas a sentirte más libre.
Lo que te decía, las canciones no cambian las cosas pero te cambian a ti y tú sí que cambias las cosas.
Letra
Mil doscientas treinta y siete notificaciones tienes
que te esperan chispeantes.
Ochocientos veinticinco desbloqueos que realizas a diario,
esperando en cada uno, una dosis de ilusina.
Y ¿Qué cojones es la ilusina?
¿Qué es la ilusina?
Es una sustancia artificial que te engancha y te deforma.
Es densa como arenas movedizas
pegajosa como el moco de una araña.
¿Qué es la ilusina?
Tu espejo brillante,
que miente y te miente, tu amistad impaciente,
pareja celosa, peligrosa,
la cadena invisible,
y el grillete a una vida que no existe.
Te arrulla el murmullo digital
y te dejas llevar,
te dejas masturbar,
sigues deslizándote,
adicto dactilar,
espiral,
rutina fecal,
babero y pañal,
prefiero el animal,
honesto, entregado y leal.
¡Escucha!
Tienes FOMO.
¿Qué es el FOMO?
Tienes FOMO.
¿Qué es el FOMO?
Acrónimo inglés de fear of missing out.
Y ¿qué cojones es?
El miedo a perderte algo.
Algo emocionante,
algo excitante,
algo que hacen otros
y que tú te pierdes.
Humo, humo
sigue persiguiendo el humo.
Tu tiempo se esfuma,
fuma, cáncer, hipnotizado.
Tu tiempo se limita
imita, mono, pantalla.
Tu tiempo se limita
imita, mono, pantalla.
Trágate el anzuelo,
uno trás de otro,
sigue abriendo la boca
como el cerdo que es cebado.
Ojos de topo, cegato,
además de ignorante y manipulado.
Los putos bits te vomitan
y tú sigues alucinando.
Pero, pero, pero, hay solución.
¿Sí? Dime cual.
No quiero seguir siendo
cucaracha digital.
Pero, pero, pero, hay solución.
¡Que sí! ¡Dímelo ya!
No quiero seguir siendo
cucaracha digital.
Te toca un acto radical,
salir de la cárcel,
amputar tu miembro artificial.
¡Ahora!
Arroja el móvil con desprecio,
el mismo que siente por ti.
Le repugnas,
por eso te asigna
un numerito.
Rodeado, eso sí,
de dibujitos brillantes.
Iconos que hablan por ti.
Patético.
Levanta la puta cabeza,
la imagen es grotesca,
ojos vidriosos
y bocas torcidas,
extremidades amorfas.