Phil Collins tiene cara de frutero.
Empezamos con ironías, así que esta publicación no es de las simplonas.
Es decir, voy a hacer TODO lo contrario a lo que los supergurúsexpertomelassétodas dicen que tengo que hacer a la hora de hacer una publicación.
Antes que nada, si no has escuchado el disco de Génesis «The Lamb Lies Down on Broadway» en el que el bueno de Phill tocaba la batería, eres un ser despreciable.
Vamos al meollo, meolla, meolle.
Estamos hablando de un MUSICAZO que, menos mal que nació en el siglo pasado, tocó en una de las bandas de Rock Sinfónico más alucinantes de la historia.
Además de su búsqueda constante de la creatividad, hacía de todo. Multi-instrumentista, compositor, productor, actor, escritor, creador en general.
A lo que voy es que el talento y la creatividad está en muchísimas personas de nuestro alrededor. Y si miras con los ojos de mirar bien, puedes comprobarlo por ti mismo/misma/misme/mismu/mismi.
Otra cosa es el éxito que todos los supergurúsexpertomelassétodas te explican(y te venden recetas para llegar a él) y que yo, por supuesto, NO COMPARTO.
«Ya, pero tú eres un Don Nadie y ñiñiñiñiñiñi….».
Gracias por tu comentario, lo almaceno en la carpeta de «meimportaunamierdacomentariosceroconstructivos».
Con esta reflexión quiero decir que si Phill Collins tocara en una banda de pueblo pasaría inadvertido para la gran mayoría. A pesar de ser un artista descomunal.
Es la publicidad/marketing/ventas lo que marca lo que es el talento y la creatividad.
P.D.: Yo estoy en la guerra de guerrillas contra esa megainercia.
P.D.: Si te apuntas conmigo a la revolución, te doy la bienvenida.