El tiempo pasa y no haces nada.
La insustancialidad de esta época está en el límite de la decencia.
¿Me voy a poner filosófico?. No. Bueno sí. Un poco.
Estamos sumergidos en una vorágine de impulsos que han derivado en que nuestra atención se limite a unos pocos segundos.
Hablo de todo esto porque hace décadas, cuando escuchabas una canción, y mucho más si era de Rock sinfónico o progresivo, podían pasar varios minutos sin que se escuchara al cantante de turno.
Las benditas y gloriosas intros.
A día de hoy si en el PRIMER MINUTO no ha sonado ya el estribillo esa canción está destinada a no ser escuchada.
Así de triste.
MUCHO.
La música y el Arte en general tiene sus tiempos. Su recorrido. Su narrativa.
¡A la mierda! (como decía Fernando Fernán Gómez).
El Arte y la cultura merecen su espacio temporal.
Dáselo y te estarás dando a ti mismo momentos de felicidad.
P.D.: ¿Hace cuanto no te has parado a disfrutar de un rato de música sin hacer nada más que dejarte llevar?