Kurt Cobain cantaba fatal.
Y además tocaba la guitarra como si llevara guantes de soldador.
Lo sé, empiezo haciendo amigos alternativos.
Que conste que yo en los 90 no me quitaba la ropa de leñador y hubiera dado un riñón por ir a Seattle.
Pero sigamos.
El nivel.
Espera, EL NIVEL.
Eso que cuando empiezas a tocar cualquier instrumento te martiriza alcanzar.
Pues voy a aliviarte un poco.
El bueno de Kurt, a pesar de su terrible desarrollo vocal, tuvo momentos puntuales de inspiración creando algunas canciones en las que volcaba sus demonios más íntimos.
Y esa sensibilidad nos atravesaba como un cuchillo caliente en mantequilla.
Conectar lo que creas desde las emociones…da igual si sabes 300 acordes y 60 escalas…o 7 acordes y una escala…
No importa, «el nivel».
A ver, sí que importa, pero la creatividad está a TODOS los niveles.
Miguel Hernández era cabrero y sin embargo, desde sus comienzos ya escribía poemas.
Tener mucho o poco conocimiento de teoría musical, grabación, producción, interpretación o lo que sea, te permite tener un lenguaje más extenso para expresarte, pero como comenzaba este mail, tú ya puedes ser Kurt Cobain.
Bueno, entiéndeme, ser en cuanto a la música. NO LA VAYAMOS A LIAR.
El «éxito» ya sabes. «Bla, Bla, Bla, Bla».
P.D.: No dejes que NADIE te desanime por tu nivel. Eso se evoluciona con la práctica. Déjate llevar por la creatividad en cada nota, acorde, letra, vídeo que hagas.